Cómo meditar para unir la mente con el alma: autoconocimientoMeditación: soledad, autocontrol, libre de deseos y sin recibir nada de los demás (Aparigraha), Gita 6-10Formación: Bhagavad Gita - Dhyana Yoga - Maestría en Bhagavad Gita Comentario Bhagavad Gita 6-10Explicación de Pedro Nonell en base al comentario de Swami Vidya Prakashananda sobre el verso 10 del capítulo 6 (Dhyana Yoga, Camino de la Meditación) del Bhagavad Gita
A partir de este verso décimo del capítulo 6 sobre el Yoga de la Meditación del Bhagavad Gita, Krishna explica la parte más práctica de la meditación. En este verso en concreto nos explica como el yogui debe meditar para unir su mente con Atman, su alma, y así alcanzar el Autoconocimiento: “Solo, en un lugar solitario, autocontrolado, libre de deseos y sin recibir nada de los demás (Aparigraha), el yogui (practicando Dhyana Yoga) debe unir la mente con Atman”. Gita 6-10 En este verso, la palabra “Yogui” no se refiere a quien ha alcanzado la perfección, sino a quien busca alcanzar el Yoga, es decir, la unión con el Ser. Sri Krishna indica cinco condiciones para meditar:
Padmasana, Sukhasana, Siddhasana, Swastikasana, Bhadrasana El yogui debe estar sólo y en un lugar solitario Para meditar hay que tener la mente, el cuerpo y los sentidos totalmente controlados. Cualquier distracción externa dificulta, e incluso impide, la meditación. Sería imposible meditar en un partido de futbol o en una calle muy concurrida. El objetivo de la meditación es establecer la unión con Dios, y no hacerlo porque esté de moda o quede muy bien. Por ello la soledad, es decir, sin nadie alrededor que pueda perturbarle, y practicar la meditación en un lugar solitario y retirado, son condiciones indispensables para alejarse de las interferencias exteriores. Los antiguos Rishis, los videntes de la Verdad, practicaban la meditación en la soledad de las cuevas de las montañas y las orillas de los ríos.
¿Has meditado en la naturaleza? Control de la mente y ausencia de deseos En varios versos del Gita, Krishna y nos explicó la imperiosa necesidad del control de la mente y la ausencia de deseos.
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