El alma eterna (Atman) y la paz interior (Bhagavad Gita)El Gita nos permite comprender nuestra verdadera identidad eterna más allá del cuerpo físico
Formación: Bhakti Yoga - Maestría en Bhagavad Gita En un mundo donde la incertidumbre es la única constante, la paz interior se convierte en una necesidad vital. Sin embargo, la paz verdadera se nos escapa, especialmente cuando nos identificamos con los aspectos fugaces de la existencia, es decir, con nuestros cuerpos, con los roles sociales asignados y/o con las posesiones materiales. El Bhagavad Gita revela que debajo de estas identidades transitorias se encuentra nuestro verdadero Yo: el alma, que es eterna, inmutable e indestructible. Sri Krishna revela la naturaleza indestructible del alma en este hermoso verso: नैनं छिन्दन्ति शस्त्राणि नैनं दहति पावक: | “Atman ni es herido por las armas, ni quemado por el fuego, ni mojado por el agua, ni secado por el viento.” Bhagavad Gita 2-23 Este verso es la base para comprender nuestra verdadera identidad eterna más allá del cuerpo físico. Swami Mukundananda enfatiza que reconocer esta identidad eterna nos libera de los miedos y ansiedades que surgen de los apegos corporales. Cuando nos percibimos como almas inmortales, a salvo de las ganancias y pérdidas materiales, nos anclamos en una paz duradera que no puede ser perturbada por los altibajos de la vida. Para Swami Sarvapriyananda (monje Orden Ramakrishna), Atman-Jnana (el conocimiento del Ser, su naturaleza), la esencia filosófica del Bhagavad Gita, está definida en el siguiente verso: El caso de Sri Ramakrishna y Swami Vivekananda Cuando Sri Ramakrishna vio que Swami Vivekananda estaba preparado para propagar sus enseñanzas, decidió voluntariamente abandonar su cuerpo en Mahasamadhi en 1836. Tenía un cáncer de garganta pero se negó a que le trataran, aludiendo que el cuerpo era sólo algo transitorio. Swami Vivekananda, a la edad de 39 años, se desprendió voluntariamente de su cuerpo en el Mahasamadhi, ya que no quería permanecer más en el mundo tal y como lo predijo Sri Ramakrishna. Vivekananda viajó por toda la India para levantar a sus masas explicándoles el Atman-Jnana para hacerles fuertes, levantarse y luchar. Tagore dijo: “Si quieres entender la India, estudia a Vivekananda” Swami Vivekananda definió el Samadhi como un estado de supraconciencia, un estado de absorción con Dios. Cuando un Swami se desprende voluntariamente del cuerpo, entra en Mahasamadhi. Tanto Sri Ramakrishna como Swami Vivekananda alcanzaron Bhava-Samadhi, el estado de conciencia extática. Otro ejemplo de identificación con el alma eterna se ejemplifica en la vida de Sri Ramana Maharshi (1879 - 1950) fue un Swami y un Jivanmukta (un ser liberado). Atrajo a devotos que lo consideraban un avatar de Shiva y acudían a él para recibir Darshan ("la visión de Dios"). En años posteriores, se creó un Ashram a su alrededor, donde los visitantes recibían instrucción espiritual. Ramana Maharshi aprobó una serie de caminos y prácticas, pero recomendó la autoindagación como el principal medio para eliminar la ignorancia y permanecer en la autoconciencia, junto con Bhakti (devoción) o entrega a Dios. Su comprensión de su verdadera naturaleza como alma eterna, o Atman, tuvo un profundo impacto en la forma en que afrontó las circunstancias externas más difíciles de la vida. Esta comprensión le llegó espontáneamente a la edad de 16 años, cuando una sensación de miedo y muerte lo invadió. Este acontecimiento marcó el comienzo de su profundo y transformador viaje espiritual. Al contemplar la cuestión de su identidad, se dio cuenta de que el verdadero yo está más allá del cuerpo y la mente. Esta comprensión llevó a Maharshi a un profundo desapego de las preocupaciones mundanas y a una profunda sensación de paz. Incluso frente a graves desafíos físicos como la enfermedad, la pobreza o la separación de su familia, permaneció impasible ante las condiciones externas. Después de su realización, vivió en un estado de quietud interior y conciencia. A pesar de los peligros o dificultades externas, no tenía miedo porque comprendió que el miedo surge de la identificación con el cuerpo y el ego. Una vez que trascendió esta identificación, se liberó del miedo a la enfermedad, la muerte u otros desafíos. Estos ejemplos nos permiten desarrollar una profunda tranquilidad, un refugio interior, que nos permita enfrentar los desafíos con coraje y corrección. En palabras de Swami Vivekananda: (c) Instituto Gita |