¿Son válidas las enseñanzas del Bhagavad Gita en un mundo global?¿Cómo es posible que un libro escrito alrededor del siglo V a. C. siga siendo válido en el siglo XXI?¿Por qué aprender el Bhagavad Gita?: ¿Gita?, ¿Conoces el Gita?, ventajas, transformación de Arjuna, ¿Qué es Yoga?, Yoga Shastra, camino Gita, ignorancia ->conocimiento, historia humanidad, guía para vivir, Gita y la lucha de la vida, Gita en un mundo global, ¿Cuándo empezar a estudiar?, ¿Estudiar cada día?, ¿Hay que creer en algo?, ¿Dogmas?, transmisión del Conocimiento, ¿Qué versión del Gita escoger?, hoja de ruta, presentación estudiante Vigencia del Bhagavad Gita como ciencia objetiva (Para-vidya) Mucha gente al estudiar el Bhagavad Gita se sorprende de lo válidas y actuales que siguen siendo sus enseñanzas. Y si consideramos que el Bhagavad Gita es ante todo una batalla en el interior del hombre entre lo correcto y lo incorrecto, no debería sorprendernos. El miedo, el apego o la ignorancia que experimentó Arjuna antes del inicio de la batalla de Kurukshetra, los pueden experimentar cualquier hombre o mujer en cualquier época y lugar. Cierto es que el mundo exterior, ha cambiado muchísimo en estos 2500 años, en donde el hombre ha estado interactuado con este mundo externo a través de sus sentidos. En todos estos milenios el ser humano ha desarrollado una ciencia, sobre todo en Occidente, basada en la realidad objetiva, es decir en lo que el hombre puede ver, percibir o experimentar. Y esta ciencia ha crecido de forma brutal, sobre todo en los últimos 300 años. El hombre ha llegado a la luna, ha creado la imprenta o desarrollado la inteligencia artificial. Esta ciencia subjetiva se llama en sánscrito “para-vidya”. Pero en India desde hace milenios, además de esta ciencia subjetiva, también desarrollaron la ciencia objetiva o “Para-vidya”, también llamada ciencia superior, tan bien definida en el Mundaka Upanishad. El Bhagavad Gita es un libro de liberación y de autoconocimiento (Moksha Shastra), es el estudio de la ciencia del alma inmortal, y por tanto es una ciencia Para-vidya: «Una firme convicción sobre la naturaleza de Atman, la percepción de la meta del conocimiento de la Verdad. Todo esto es Conocimiento y lo contrario es ignorancia». Bhagavad Gita 13-13 El capítulo 13, el Yoga del Campo y del Conocedor del Campo, Kshetra Kshetrajna Vibhaga Yoga, diferencia entre el cuerpo físico finito “Kshetra” es decir de la realidad objetiva, cuyo estudio sería considerado como Apara-vidya, y por otra parte la parte infinita: Atman y lo Absoluto, sea como sea que le llames, considerada como una ciencia Para-vidya. Y si uno reflexiona, esta ciencia subjetiva o Para-vidya, no ha cambiado absolutamente nada en estos milenios, y probablemente no lo haga hasta que el último ser humano se extinga de la tierra. Y esta es la principal razón por la que el mensaje del Bhagavad Gita sea válido tanto para Arjuna como para ti o para mí. Y esta misma razón es aplicable a otras tradiciones de sabiduría como el Taoísmo, el Budismo o el cristianismo. Intentar explicar aquí todas las enseñanzas del Bhagavad Gita, sería imposible, pero voy a hablar de algunas de ellas para que entendamos que su mensaje sigue siendo válido para este mundo global y digital plagado del mal del deseo y la codicia. El Gita nos los describe muy bien cuando habla de los hombres que han nacido con la herencia demoníaca: Un mundo en el que además determinados gobiernos y transnacionales, guiados sólo por la insaciable necesidad de poseer más, ya sea oro, petróleo, agua o territorios, y por el querer controlar a la humanidad, representan una gran amenaza para todos los que habitamos este planeta. Sólo el verdadero conocimiento transmitido en estos libros sapienciales como el Bhagavad Gita, nos proporcionará un potente antídoto contra esta amenaza global. Desapego por el fruto de los resultados Esta es sin duda una de las grandes enseñanzas del Bhagavad Gita, para Gandhi era su enseñanza central. El Bhagavad Gita nos enseña a concentrarnos no en la acción en sí misma, sino en el porqué la realizamos. Aprendemos que la intención con que trabajamos es más importante que la acción en sí misma y que por tanto los pensamientos que nos llevan a actuar son mucho más importantes que la propia acción. Krishna nos recomienda dedicar mentalmente los frutos a lo Absoluto y a trabajar por el bien común.
Es decir, no está explicando una nueva filosofía de la acción, del trabajo, Swami Vivekananda lo llamaba “la divinización del trabajo”. Sin embargo, en Occidente, hemos apostado por el camino inverso: centrarnos casi exclusivamente en los resultados, y hemos “contagiado” a casi todo el mundo. Uno puede preguntarse si esta nueva filosofía de la acción es posible llevarla a cabo hoy en día. Y la respuesta es absolutamente sí. Basta pensar en la independencia pacífica de la India liderada por el propio Gandhi. Si uno se centra en los motivos por los cuales el hombre actúa y no sólo por sus resultados, si uno ve que el otro no busca ninguna ganancia con sus acciones, si uno ve que el otro intenta trabajar por el bien común, seguramente podrá empatizar mucho más con él y no juzgará sus acciones a través de una visión egocéntrica. Krishna nos explica a ver esa Unidad en la diversidad. O en palabras de Sri Ramakrishna: Muchos occidentales se sienten horrorizados cuando leen que Krishna, la encarnación de Visnú, dice a Arjuna que mate a sus parientes que están en las filas enemigas. Pero olvidan que tiene que hacerlo para preservar el bien común, el camino de la rectitud: el Dharma. Y que la obligación de un guerrero es defender este Dharma. Hay que actuar, hay que matar por el bien común.
Krishna le explicó la diferencia entre cuerpo y alma, diciéndole que Atman es infinito y que por tanto era una tontería pensar que el alma de sus parientes podría ser asesinada. Krishna le enseño el “impenetrable secreto de la acción”: cumple con tu deber, es decir, actúa como un guerrero defendiendo el Dharma, pero no te preocupes por los resultados de esta acción. Yo estoy intentado transmitir mi pequeño conocimiento aquí, lo hago porque en este momento de mi vida es mi Dharma, lo voy a hacer lo mejor posible, dedicaré todas mis energías a hacerlo lo mejor posible... Pero que este conocimiento sea útil para ti, sólo depende de ti, de nadie más. Por ello, no parece tener mucho sentido intentar preocuparse por algo que no depende de ti. Bajo esta filosofía de la acción, no importa mucho si ganes o pierdas, lo que importa es que lo hayas hecho de la mejor manera posible. Focalizarse sólo en los frutos puede generar miedo e inestabilidad mental. Tenemos miedo a crear un negocio, y no lo emprendemos. Tenemos miedo a decirle a alguien “Te quiero”, y no se lo decimos. Si el miedo nos lleva a la inacción, habremos fracasado. Y este miedo lo tuvo Arjuna, y cualquiera de nosotros puede tenerlo en cualquier momento. Y de ahí la vigencia del Bhagavad Gita. Además no olvides, que tal como no enseña el Gita, tu mente puede ser tu mejor amiga, pero también te peor enemiga: Mi felicidad depende de lo que realmente soy, no de lo que tengo Muchos hombres, sobre todo en Occidente, buscan continuamente su felicidad en lo exterior, y por ello cada vez necesitan más cosas para ser felices. Pero algunos descubren que la eterna felicidad absoluta, no está en el exterior, sino en el interior. Estos pocos hombres descubren quienes son realmente, a través de un profundo proceso de autoconocimiento: el conocimiento y realización de su alma mortal, de su Atman. Y entienden que el valor de una persona reside en lo que es, y no en las cosas materiales que pueda tener. ¿Te imaginas como iría el mundo si este pensamiento fuese más común? El Bhagavad Gita define perfectamente el proceso de destrucción del ser humano. El miedo o la inseguridad alimentan al deseo (Kama), y así el hombre necesita adquirir más cosas materiales para su “felicidad”. Si no podemos conseguir estas cosas, nos enfadamos, y la codicia (Lobha) ataca. Si al final conseguimos lo que queríamos el apego (Moha) vendrá a visitarnos. Y así nuestro orgullo (Mada) aumentará porque estamos demostrando al mundo lo buenos que somos al poder comprar todo lo que queremos. Y también los celos nos visitarán, sintiendo envidia por aquellos que tienen lo que yo no puedo tener. Y este proceso no tiene final, cuanto más queremos, más nos hundimos en este destructivo ciclo.
En muchos versos, el Bhagavad Gita nos dice que nos centremos en Atman, que busquemos en nuestro interior en vez de en nuestro exterior Discernir entre lo irreal y lo Real. Todos los objetos no son más que nombres y formas Uno de los conceptos claves del Vedanta, es que este universo finito de nombres y formas, es sólo un producto del inescrutable poder de Maya del Señor. Todo lo que pueda estar afectado por el tiempo, el espacio o por el principio de causalidad, es por su propia definición finito, y por tanto es irreal. Las bellas palabras del Shanti Mantra así nos lo recuerdan: Y en otros versos del Bhagavad Gita también vemos este concepto, como por ejemplo en: En la última parte del verso leemos que el Yogui Rudha, quien ha alcanzado la unidad con el Sí mismo, es decir, ha logrado la autorrealización, “Considera por igual a un trozo de tierra, a una piedra o al oro”. Esta afirmación es muy potente. ¿Cómo alguien puede dar el mismo valor a una simple piedra que al oro? El Yogui Rudha que alcanzado el discernimiento, entiende que este universo de formas y nombres es totalmente ilusorio, él ha discernido entre lo Real y lo irreal. Por ello, considera por igual a todo lo irreal. Por tanto, para él el nombre y forma “oro” significan exactamente lo mismo que el nombre y forma “piedra”, ambos son sólo compuestos de átomos que variarán en el tiempo y el espacio estando sometidos al principio de causalidad. Para él todos los objetos visibles (los árboles, las rocas, el sol y las estrellas, las nubes y la lluvia, el cuerpo, etc.) son solo diferentes nombres y formas de una única Realidad Absoluta. Él sólo ve la parte espiritual única de todos estos objetos y por tanto no hace ninguna diferencia entre ellos. Él sabe que es la mente, y solo la mente, la que da valor a las cosas. La infalible Ley del Karma. Toda acción tiene sus consecuencias. Esta es una ley universal descubierta por los antiguos Rishis indios, pero también por el cristianismo (“Siempre se cosecha lo que se siembra”, Gálatas 6:7-10). Siglos más tarde Isaac Newton así la enunció: “Toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto.” Y esta es la inexorable ley del Karma: cualquier pensamiento, palabra o acción tendrá sus consecuencias. Una mala acción genera mal Karma, una buena acción, buen Karma. Y este círculo abarca a todo el universo conocido, a todo este conjunto de nombre y formas. El Bhagavad Gita te enseña a ser consciente de los efectos de tus pensamientos, palabras y acciones tanto en las personas que te rodean como con el resto del universo conocido: animales y plantas incluidos. Por tanto, cualquier pensamiento, palabra o acción negativo tenemos que erradicarlo de nuestra vida. El yogui reflexiona sobre este verso: Y así ve a Dios en todos y en todo, no pudiendo hacerse daño ni a sí mismo ni a los demás, aprende a ser bueno sin esperar nada a cambio buscando el bien común, también aprender a no huir de su propio destino o intentar seguir el de otros, y tantas otras cosas más que le permitirán alcanzar el Moksha, la liberación. Una reflexión basada en el artículo “The relevance of Bhagavad Geeta in modern times” de Milind Utsa Muchas gracias, Namasté!
Curso: Esencia del Bhagavad Gita Formación avanzada: (c) Instituto Gita |