¿Quién quiere a Dios? Mira en tu interiorEl hombre común anhela todo, menos a Dios. La causa del deseo está en el exterior (Ramakrishna)7- ¿Quién quiere a Dios?.Religiones: era axial, Hinduismo, Jainismo, Sijismo, Cristianismo, Budismo, Islam, Inteligencia Universal (Dios), ¿Es posible ver a Dios? Ver a Dios: es posible ver a Dios, la religión no está en los libros, ¿conocer a Dios razonando?, cuando se olvida la religión, el ignorante, ateos, buscad y hallaréis, ¿fijar la mente en Dios?, armonía religiones, Dios es Uno, Ramakrishna siguió el islam y cristianismo, ¿Quién quiere a Dios?, Dios mora en todos los seres, ¿Ha dotado Dios a algunos con más poder?, Cuatro clases de hombres, ¿Cómo vivir en el mundo?, Brahman en Samadhi, despertar espiritual Si reflexionamos un poco, veremos que en la gran mayoría de la gente, la principal causa del deseo está en el exterior. Y desear lo externo, tal y como han afirmado estos grandes profetas, estas encarnaciones, no es el camino correcto para la realización. Necesitas un coche, y tienes un coche; quieres una casa, y la tienes; quieres respirar y tienes todo el aire del mundo. El hombre común anhela todo, menos a Dios. Este deseo, generado por el contacto de los sentidos con el exterior, es muy potente en el hombre, y si se diese cuenta de que invirtiendo la dirección de este intento deseo, en vez de hacia lo exterior hacia lo interior, y lo hiciese con total anhelo, entonces podría ver a Dios. Recordad “llamad, y hallaréis”. Sri Krishna también dijo: “Aquel hombre sabio a quien no le perturban los sentidos, que ni le afecta ni el placer ni el dolor, él está preparado para la inmortalidad.” Bhagavad Gita 2-15 (Sankhya Yoga) Aquellos pocos que sienten o descubren que mirando hacia el interior es posible ver a Dios, son los que con el tiempo Lo realizarán. Swami Vivekananda contaba esta profunda anécdota: “Un discípulo fue a su maestro y le dijo: "Señor, quiero religión". El maestro miró al joven y no habló, solo sonrió. El joven venía todos los días e insistía en que quería religión. Pero el anciano sabía más que el joven. Un día, cuando hacía mucho calor, le pidió al joven que lo acompañara al río y se zambullera. El joven se zambulló, y el anciano lo siguió y sujetó al joven bajo el agua a la fuerza. Después de que el joven luchó durante un rato, le soltó y le preguntó qué era lo que más deseaba mientras estaba bajo el agua. "Un poco de aire", respondió el discípulo. "¿Quieres a Dios de esa manera? Si lo haces, lo obtendrás en un momento", dijo el maestro.” Si el hombre no tiene este anhelo por la realización, no tendrá religión. Podrá estudiar libros, ir a iglesias o adorar a nombres y formas, pero no podrá ver a Dios. (c) Instituto Gita |